Para poder ayudar a un niño a entrar a la escuela es muy importante que los padres estén listos, en especial la madre que es quien normalmente pasa la mayor parte del tiempo con su hijo, quien ha creado una relación más estrecha y para quien puede ser más difícil la separación.
Es importante que aclares tus propios sentimientos y que sepas que a todos los padres les preocupa dejar a su hijo al cuidado de otra persona, saber si lo valorarán o lo tratarán como él está acostumbrado. También es común que exista un sentimiento de culpa por abandonar a su "chiquito" y hacerlo sufrir. De lo que sí puedes estar segura, es de que si lo estás dejando en manos de profesionales la escuela le hará un enorme bien y que al entrar en ella está dando un gran paso hacia su independencia, los tres están teniendo un enorme logro, su hijo está creciendo.
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Sólo al ver las cosas desde esta perspectiva y al estar tú misma preparada para separarte unas horas de tu hijo, estarás en posición de ayudarlo en este cambio tan grande. Si no tienes otro hijo más pequeño es recomendable que busques una actividad propia que te de satisfacciones y cubra parte del tiempo que tu hijo pasará en la escuela.
Para preparar a tu hijo platica con él qué pasa en la escuela y qué puede esperar que suceda en ella. Es importante que conozca con anterioridad a su maestra, su salón de clases y si puede conocer a algunos de los que serán sus compañeros, excelente. Es una buena idea organizar con otras mamás un paseo donde puedan convivir los niños, esto le ayudará a que el primer día de clases no se sienta completamente nuevo.
Involúcralo en los preparativos como comprar su uniforme, lonchera, etcétera. Infórmate de los procedimientos de la escuela sobre si puedes permanecer unas horas los primeros días con él o no, para que le ofrezcas exactamente lo que puedes cumplir.
Es importante que le digas a tu hijo y sobre todo, que con tu actitud lo hagas sentir que es una escuela muy buena, que confías ciegamente en la maestra y que ahí va a estar bien.
Al principio déjalo llevar consigo algún objeto preferido que lo haga sentirse seguro, puedes encargárselo a la maestra para asegurarte de que regrese.
El primer día que lo dejes en la escuela preséntale a su maestra, a algunos compañeros, enséñale su salón, el lugar dónde puede dejar sus cosas, los juegos, los baños, etcétera. Explícale a quién puede pedir ayuda en caso de necesitarla.
Avísale en el momento en que te vayas y no prolongues la despedida, puedes esperarte cualquier reacción, lo más común es que llore, pero hay muchos que no lo hacen, cualquiera de las dos reacciones es normal y también lo es que al día siguiente haga lo contrario. Dile cuándo regresarás y sé puntual.
Escucha todo lo que tiene que decirte de su día en la escuela y reconócele lo bien que lo está haciendo, eso le servirá mucho.
Es probable que aunque todo parezca ir bien en la escuela alguna área que ya había sido superada como el sueño, la alimentación o el control de esfínteres, comience a dar problemas. A esto se le conoce como regresión y ocurre cuando los niños se enfrentan a situaciones que requieren de demasiada energía para ajustarse a ellas, por lo que regresan a un estado anterior en el que se sienten seguros para afrontar la nueva situación. Normalmente, sin darles importancia ni hacerlos sentir mal, los niños logran superarlo en unos días.
Es importante darle todo el apoyo, ayudarlo a reducir al máximo el estrés que la nueva situación y la regresión implican, y en cuanto lo logre demostrarle cuán orgullosos están de él.
Algunos niños se quejan de dolores de cabeza y estomago, los cuales pueden o no ser reales, pero aunque no lo sean reflejan el gran estrés al que están siendo sometidos. Platica mucho con él, sobre lo que le preocupa, asegúrate de que sepa que le crees, que lo entiendes, que lo ayudarás a sentirse bien y que no permitirás que nada malo le pase y explícale que quedarse en casa no será de mucho alivio, por el contrario, si lo supera y se va a la escuela te sentirás muy orgullosa de él.
Platica también con la maestra sobre lo que le pueda estar preocupando. En cualquier caso, elimina la posibilidad de falta de azúcar dándole un jugo o bebida dulce en cuanto se despierte y procurando que desayune bien.
Por último, ten presente que en la escuela tendrá suficiente presión, por lo que es importante que en su casa encuentre un lugar donde se sienta tranquilo y aceptado por la forma en que está reaccionando. Procura exigirle lo menos posible, sin ceder en las cosas importantes.
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